EDES solo están cobrando el 59.5% de la energía que compran y acumulan déficit de US$630.3 millones
EDES solo están cobrando el 59.5% de la energía que compran y acumulan déficit de US$630.3 millones

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A julio de 2025, las empresas distribuidoras de electricidad (EDE), están cobrando a los consumidores solo el 59.5% de la energía que entregan a los consumidores.
Según el índice CRI (Color Rendering Index) de las EDEs, en los primeros seis meses de 2025 las EDE han cobrado menos energía que la cobrada en 2024.
En enero de 2024 en CRI total de las EDE era de 60.7% mientras que en enero de 2025 cayó a 59.7%, en febrero 2024 un 60.6% y en 2025 59.6%, en marzo, mayo y abril de 2024 60.1% y en esos mismos meses de 2025 un 59.7%.
En términos monetarios, en los primeros seis meses las EDE compraron energía por un valor de US$1,754.8 millones, con un aumento de US$13.0 millones (+0.7%), que el mismo periodo del año anterior, de los cuales han cobrado US$1,124.5 millones, con una reducción de US$4.0 millones (-0.4%), que igual periodo del año anterior.
Esto de traduce en un déficit de US$630.3 millones, de acuerdo los datos del Informe de Desempeño de las Empresas Distribuidoras de Electricidad.
Se recuerda que el pasado 8 de septiembre el Gobierno emitió un decreto con el que declaró de «emergencia nacional» todas las compras y contrataciones vinculadas al sector eléctrico tendentes a incrementar la capacidad de generación, reducir la inestabilidad, suplir la demanda y fortalecer el almacenamiento.
El Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (CUED) respaldó el Decreto 517-25, emitido por el Poder Ejecutivo, al considerarlo un mecanismo urgente y necesario para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico nacional en un contexto de creciente demanda y riesgos de desabastecimiento.
La disposición presidencial, que declara de emergencia nacional la adquisición de bienes, servicios y obras para ampliar la capacidad de generación, almacenamiento y distribución de energía, se fundamenta en hechos como el aumento histórico de la demanda eléctrica –que en 2025 superó los 3,850 megavatios–, los efectos del cambio climático en la región y los retrasos en proyectos de rehabilitación y expansión de redes.